El caballo de dos ruedas que me acerca se llama QUITAPENAS porque PENAS QUITA, pero en realidad esto es una engaña-pichanga, porque lo que de verdad quita las penas es la gente a la que nos lleva. Gente que tiene nombre y apellido, una vida, un rancho de puertas abiertas a la amistad, un culto a lo sagrado de la existencia. Marta y Mario pertenecen a esa laya.
lunes, 9 de febrero de 2015
El camino tiene nombre propio
El caballo de dos ruedas que me acerca se llama QUITAPENAS porque PENAS QUITA, pero en realidad esto es una engaña-pichanga, porque lo que de verdad quita las penas es la gente a la que nos lleva. Gente que tiene nombre y apellido, una vida, un rancho de puertas abiertas a la amistad, un culto a lo sagrado de la existencia. Marta y Mario pertenecen a esa laya.
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